La cirugía de retina es un procedimiento oftalmológico especializado que se realiza para tratar enfermedades o lesiones que afectan la retina. Estas cirugías buscan reparar daños, prevenir la pérdida de visión o mejorarla.
La retina es un tejido delgado que recubre el interior del ojo y transforma la luz en señales que el cerebro interpreta como imágenes. Cuando la retina sufre daños, como desprendimiento o agujeros maculares, puede afectar gravemente la visión e incluso llevar a la ceguera si no se trata a tiempo.
Es necesaria en situaciones como el desprendimiento de retina, hemorragias vítreas, agujeros maculares, retinopatía diabética avanzada, membranas epirretinianas, traumatismos oculares graves, sobre todo si hay necesidad de eliminar cuerpos extraños o tratar infecciones intraoculares severas.
No, se realizan bajo anestesia local o general, dependiendo del caso, lo que hace que durante el procedimiento no sienta dolor, y las molestias posteriores suelen ser mínimas y manejables con medicamentos para el dolor por vía oral.
La duración depende del procedimiento y de la complejidad del caso, pero generalmente entre 1 y 3 horas, al ser un procedimiento delicado, requiere precisión y no apresurarlo.
Suelen ser cirugías ambulatorias, y se sale con el ojo operado parchado, el cual se retirará al día siguiente para iniciar con tratamiento a base de gotas para los ojos; después de las cirugías se recomienda reposo relativo, es decir evitar actividades que representen esfuerzos, en algunas cirugías se necesita guardar posiciones específicas, las cuales se indicarán por el cirujano.
Sí, en muchos casos se opta por un procedimiento combinado, sobre todo si el paciente ya cuenta con cataratas, ya que de la resolución de ambas cosas depende la recuperación visual.
Para tratar la retina del ojo se necesita ser primero un oftalmólogo general certificado para poder después cursar un adiestramiento llamado Alta Especialidad en cirugía de Retina y Vitreo avalado por una institución de educación, en mi caso la Universidad Autónoma de México (UNAM).
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La retina no tiene una edad específica relacionada con la alteración en el funcionamiento de la misma, pero si se puede asociar a padecimientos como miopía, diabetes mellitus, hipertensión arterial, etc. Por lo que es importante una revisión con un especialista retinólogo en caso de cursar con alguna de estas condiciones.
Sí, cuando se realizan abordajes a tiempo, se pueden prevenir padecimientos como desprendimiento de retina regmatogenos o con el conjunto de un adecuado control metabólico, complicaciones retinianas asociadas a diabetes mellitus o hipertensión arterial.
No, cuando existe una necesidad de abordaje para cirugía de retina, suele ser la única opción, con un pronóstico variable en cada paciente.
No, suelen asociarse a alteraciones en la función visual, pero no suelen generar dolor.
Depende del padecimiento, pero por lo general amerita seguimiento por 1 mes o más para valorar la evolución del ojo operado.
Si, aunque no siempre. En algunos casos puede permanecer sin hacer un retiro o recambio del mismo, pero si se asocia a elevar la presión del ojo, a disminuir la visión por formación de burbujas o si migra a una zona del ojo donde no es deseado, sí se recomienda el retiro o recambio del mismo.
No, el gas suele reabsorberse solo después de dejarse en una cirugía de retina, por lo que solamente se vigila en su periodo de reabsorción.
Si, acudir acompañado, ya que para revisarla retina es necesario dilatar las pupilas con gotas y esto genera una visión borrosa por un lapso considerable hasta que pasa el efecto de la dilatación.
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